Un hito trascendental redefine el consumo mediático en Estados Unidos: en mayo de 2025, el streaming alcanzó el 44,8 % del total de uso televisivo, superando al 44,2 % combinado de la televisión abierta y por cable, según el último informe de Nielsen.
Desde la implementación de la medición mensual en 2021, las plataformas de streaming han registrado un espectacular aumento del 71 % en consumo televisivo, con YouTube al frente, y un notable crecimiento en servicios gratuitos con publicidad (FAST), como PlutoTV, Roku Channel y Tubi, que alcanzaron el 5,7 %.
Una nueva realidad híbrida:
Lejos de anunciar la extinción de la televisión tradicional, el panorama actual refleja una fuerte convergencia de formatos. El streaming ha incorporado elementos de la televisión convencional, tales como:
- Integración de publicidad en sus plataformas.
- Simultaneidad en transmisiones en vivo (eventos deportivos, noticias).
- Alianzas estratégicas, como el reciente acuerdo en Francia entre Netflix y TF1 para incluir canales lineales en la plataforma .
Consumo fragmentado, retos emergentes:
El 60 % de los usuarios en línea prefiere contenido breve (TikTok, YouTube Shorts, Instagram Reels), lo que demuestra una demanda creciente de formatos concisos e inmediatos.
Conclusión: La televisión no muere; se reinventa en una fusión dinámica: streaming, contenidos en vivo y micro‑formatos conviven, dando forma a una nueva era de consumo audiovisual.
Implicaciones clave para la industria:
- Modelos híbridos con contenido a demanda, publicidad y transmisiones en directo.
- Alianzas innovadoras como la integración de canales tradicionales en plataformas digitales.
- Apuesta por formatos cortos, esenciales para captar audiencias jóvenes.
Exigencias para los proveedores de internet:
El éxito del streaming y los formatos emergentes plantea exigencias sin precedentes a los ISPs. No basta con ofrecer velocidad: se exige una experiencia sin «lag» gracias a baja latencia, atención personalizada y equipos de red robustos.
Estudios coinciden en que altos niveles de latencia afectan negativamente la experiencia (<5 s de demora en publicidad reduce la permanencia de la audiencia). Además, para aplicaciones como juegos en la nube, realidad virtual, transmisiones deportivas o telemedicina, las conexiones deben ser ultra‑bajas en latencia, estables y de alta calidad.
En este contexto, los ISPs deben invertir en infraestructura de largo alcance: redes de fibra óptica, tecnologías DOCSIS avanzadas, centros edge y CDN de alta eficiencia, capaces de ofrecer conexiones predictivas y confiables.


















