La Asamblea Nacional aprobó hoy el proyecto de reformas al Código de la Democracia, que modifica de manera sustancial el sistema electoral del país y establece nuevas reglas para las próximas contiendas.
La iniciativa, tramitada por la Comisión de Justicia —presidida por Rosa Torres (ADN)—, recibió un amplio respaldo: 125 votos a favor de ADN, Revolución Ciudadana (RC) y un sector de Pachakutik.
En su exposición, Torres destacó que una de las reformas centrales es el cambio del método de asignación de escaños del sistema Webster al D’Hondt. Esta modificación, explicó, busca fortalecer la representatividad política y dar mayor estabilidad a las organizaciones que logran un apoyo mayoritario en las urnas.
“El método D’Hondt promueve una representación efectiva y evita que el Legislativo se fragmente por el ingreso excesivo de minorías”, dijo Torres.
Principales cambios aprobados
Entre los temas importantes incluidos en la reforma, destaca:
- La depuración del registro de partidos: solo podrán mantenerse las organizaciones que obtengan al menos el 5% de votos válidos en una elección pluripersonal.
- Mayor control del financiamiento electoral: los jefes de campaña y contadores deberán rendir cuentas públicas.
- Reducción de sanciones para infracciones leves: las multas bajan de entre 1 a 10 salarios básicos a entre 1 y 5 salarios.
Implementación del voto electrónico: el CNE tendrá un plazo máximo de cuatro años para adoptarlo.
Torres subrayó que el cambio del método Webster al D’Hondt favorece a partidos grandes, como ADN y RC, y reduce la dispersión que ha afectado la gobernabilidad en los distintos niveles del Estado.
Críticas y advertencias
La aprobación de este método no estuvo exenta de críticas. Alex Toapanta (Pachakutik), Otto Vera (PSC) y Juan Gonzaga (independiente) anticipan posibles acciones de inconstitucionalidad.
Otto Vera señaló que el D’Hondt es antidemocrático y que la reforma debió tramitarse fuera de un período electoral, tal como dispone la Constitución en su artículo 117.
Alfredo Serrano (PSC) coincidió y afirmó que esta modificación solo busca beneficiar a las mayorías oficialistas. Por su parte, Paola Cabezas (RC) defendió la reforma: “El método Webster ha generado dispersión y entorpece el trabajo del Legislativo. Es necesario que quien gane las presidenciales tenga una bancada sólida para garantizar la gobernabilidad”.
Modernización pendiente
En tanto, Alfredo Espinosa, exasesor del CNE, cuestionó que la reforma no ataca los problemas estructurales del sistema de partidos. Indicó que hace falta una verdadera democratización interna, control del dinero ilícito y modernización electoral.
En particular, sobre el voto electrónico, Espinosa advirtió que, si bien es una herramienta moderna, su implementación es costosa y depende del compromiso del CNE para garantizar la seguridad y transparencia del sufragio:
“En países como Venezuela hubo experiencias piloto, pero el costo es muy alto. Sin recursos y voluntad política, solo generará más problemas que soluciones”.
Próximos pasos
La nueva legislación entrará en vigencia para los comicios seccionales de 2027 y las generales de 2029, según el cronograma previsto. Sin embargo, queda por resolver su constitucionalidad y los desafíos que plantea su implementación.


















