En el vertiginoso mundo de la política actual, la sobreexposición de figuras políticas en redes sociales ha devenido en un arma de doble filo.
Aunque esta presencia constante pueda parecer, a simple vista, una manera efectiva de ganar visibilidad, los riesgos asociados a una estrategia de comunicación sin control pueden llevar a un desgaste irreversible en la 𝐢𝐦𝐚𝐠𝐞𝐧 𝐩ú𝐛𝐥𝐢𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐩𝐨𝐥í𝐭𝐢𝐜𝐨. Como comunicadores y consultores políticos observamos cómo, con cada posteo, la percepción pública se convierte en un frágil balance entre la cercanía y el agotamiento de la audiencia.
En la política moderna, la clave está en mantener la calidad sobre la cantidad de las publicaciones. Para evitar que la audiencia se canse, el político debe optar por una estrategia de comunicación selectiva y altamente profesional.
Las publicaciones deberían ser estratégicas, seleccionando momentos clave para comunicar mensajes que realmente aporten valor al debate público. En vez de saturar la red con contenido cotidiano o irrelevante, el enfoque debería estar en logros concretos, aquellos que evidencien resultados reales y tangibles en favor de los ciudadanos.
Un punto importante es la interacción selectiva. Responder a cada comentario o crítica puede parecer cercano, pero en el largo plazo solo desgasta la energía y desvía la atención de los temas importantes. En lugar de ello, el político debe seleccionar solo las conversaciones que contribuyan a enriquecer el debate y omitir aquellas que lleven a polémicas innecesarias o destructivas.
La consistencia en el mensaje también es esencial, cada publicación debe reflejar los valores y objetivos centrales del político, evitando temas de moda o discursos que confundan o contradigan su postura.
Este enfoque, que prioriza la calidad, proyecta profesionalismo y refuerza la percepción de un líder sólido, enfocado en resultados concretos y en el bienestar de la ciudadanía, sin caer en la saturación o la frivolidad. Así, en lugar de desgastarse en redes, un político puede aprovechar su presencia para construir una conexión genuina y duradera con su electorado, basando su reputación en acciones y no solo en palabras.
Redacción artículo: Elisa Guallasamin, comunicadora rumiñahuense.